La regla de Tueller, también conocida como la regla de los 21 pies, es un principio fundamental en seguridad y defensa personal.
Fue desarrollada en la década de 1980 por el sargento Dennis Tueller, un oficial de policía de Salt Lake City, Utah, para analizar cuánto tiempo necesita una persona para reaccionar ante un ataque a corta distancia.
Este principio establece que un atacante armado con un arma blanca puede cubrir una distancia de 21 pies en el mismo tiempo que a una persona le toma desenfundar y disparar un arma de fuego.
Las investigaciones iniciales demostraron que un atacante puede cerrar esa distancia en 1,5 segundos, lo que pone en jaque la capacidad de reacción del defensor.
El experimento de Tueller consistió en medir el tiempo que tomaba a un oficial entrenado desenfundar su arma y disparar un tiro efectivo en un blanco.
Simultáneamente, se analizaba el tiempo que le tomaba a un atacante recorrer esos 21 pies y alcanzar al oficial.
Los resultados indicaron que el atacante promedio podía cubrir esa distancia antes de que el defensor pudiera reaccionar adecuadamente.
Esto llevó a establecer el límite crítico de 21 pies como una distancia de seguridad mínima.
La regla es esencial en la formación de fuerzas policiales y personal de seguridad.
Se utiliza para enseñar cómo mantener una distancia segura frente a amenazas potenciales.
Entrenar en técnicas de reacción rápida y estrategias para retroceder mientras se responde a un ataque.
La regla ayuda a justificar el uso de la fuerza letal cuando un atacante armado con un cuchillo u otra arma similar está dentro del rango de los 21 pies.
Destaca la importancia de evaluar el tiempo necesario para reaccionar en situaciones de peligro.
Factores como la experiencia, el tipo de arma y el entorno pueden influir significativamente.
La regla de Tueller es una herramienta valiosa para entender los riesgos en enfrentamientos cercanos y la importancia del tiempo de reacción en situaciones críticas.
Sin embargo, no es una fórmula absoluta.
Su verdadera utilidad radica en proporcionar un marco práctico para evaluar amenazas y tomar decisiones rápidas y efectivas en contextos de seguridad y defensa personal.
Casos recientes en España, como los descritos, subrayan la importancia de contar con protocolos claros, entrenamiento constante y medidas de protección para quienes enfrentan amenazas directas con armas blancas.
Proteger la integridad de los profesionales de la seguridad es una prioridad que requiere atención urgente.