La ropa especial para frío se conoce como ropa térmica y ropa termorreguladora.
La ropa térmica es diseñada para retener el calor corporal y protegerte del frío extremo.
La ropa termorreguladora regula la temperatura corporal, retiene el calor y evita el exceso de temperatura al permitir la disipación de la humedad y el sudor.
La ropa térmica suele estar fabricada con tejidos como poliéster, lana o algodón, que forman una capa que atrapa el aire caliente cerca del cuerpo.
La ropa termorreguladora combina materiales técnicos como el nylon, elastano o tejidos avanzados que permiten la transpiración y la evaporación del sudor, manteniendo la piel seca.
La ropa térmica es ideal para condiciones de baja actividad física o entornos muy fríos, mientras que la ropa termorreguladora es perfecta para quienes alternan entre diferentes niveles de actividad.
La ropa termorreguladora está diseñada para adaptarse a climas variados gracias a su capacidad para ajustar la temperatura adecuada al cuerpo.
La ropa termorreguladora proporciona una sensación más equilibrada, ya que evita el exceso de calor y permite que la piel respire.
La ropa térmica y termorreguladora tienen diferentes objetivos principales, materiales utilizados, niveles de actividad recomendados, adaptabilidad a climas variados y sensaciones al uso.
La elección entre ropa térmica y termorreguladora dependerá de las necesidades, el nivel de actividad y las condiciones climáticas a las que te enfrentas.