La normativa EN 420 establece los requisitos generales para todos los tipos de guantes de protección. Esta norma cubre aspectos fundamentales como el diseño, la construcción, la resistencia al agua, la seguridad, el confort y la eficiencia, asegurando que los guantes cumplan con los estándares mínimos antes de ser sometidos a pruebas específicas para riesgos particulares. Los guantes deben estar diseñados de manera que no causen daño o incomodidad al usuario. Deben ser adecuados para los riesgos específicos y no deben presentar costuras, rebabas o irregularidades que puedan comprometer la seguridad o el confort. Se verifica que los guantes cumplan con las dimensiones mínimas especificadas para garantizar una protección adecuada de las manos. Los guantes deben permitir la destreza manual necesaria para el trabajo previsto, sin comprometer la protección. Se realizan pruebas de destreza para evaluar la capacidad del usuario para realizar tareas precisas mientras usa los guantes, garantizando que sean cómodos y funcionales durante el trabajo. Los guantes deben estar disponibles en varias tallas para asegurar un ajuste adecuado. Las dimensiones deben cumplir con los estándares establecidos para proteger toda la mano adecuadamente. Cada guante debe estar claramente marcado con su talla, el tipo de protección que ofrece, instrucciones de uso, y el símbolo CE para indicar conformidad con las normativas europeas. Se verifica que la información del marcado sea legible y esté presente en cada guante, asegurando que el usuario esté informado sobre las capacidades y limitaciones del guante. La normativa EN 420 garantiza que los productos sean seguros, cómodos y efectivos, cumpliendo con los estándares mínimos de calidad y protección en diversas aplicaciones laborales.