Un aspecto que merece la atención en los coches eléctricos es la autonomía y el tipo de recarga. Cuando utilizamos la fuente de energía normal de nuestro hogar para cargar la batería del coche, hablamos generalmente de carga lenta. Emplea un enchufe doméstico. Esta comprende los 16 amperios o 230 voltios y la potencia eléctrica máxima emitida es de 3.7 kW. El plazo establecido para realizar este tipo de carga oscila entre 8 y 10 horas, según la capacidad de la batería del coche. El empleo de corriente alterna se realiza de tres maneras. El primero usa un dispositivo enchufable normalizado y sin la protección de un interruptor diferencial. El segundo dispone de un dispositivo estándar con un sistema de protección y un interruptor diferencial integrado en el cable de alimentación. El tercero, de mayor perspectiva en España por su nivel de seguridad, incluye un sistema Wallbox cuya carga oscila entre 3,7 kW y 7,4 kW. La demanda eléctrica favorece que los usuarios prefieran realizar la carga en horario nocturno, que, además, es la tarifa más económica. Los especialistas de los grandes fabricantes automovilísticos coinciden en que la carga lenta prolonga las condiciones óptimas de la batería por un lapso de vida útil mayor.