Limpiarlos delicadamente, una forma de hacer esto es dejando entrar una pequeña cantidad de agua tibia en tu oído mientras te bañas. Luego, utiliza una toalla suave o un secador de pelo para secar la oreja. 
No introducir objetos en tus oídos para limpiarlos, evita usar cotonitos o hisopos ya que pueden empujar el cerumen hacia adentro y causar obstrucciones. 
Evitar los lugares con ruidos molestos, en este caso, considera utilizar tapones en entorno ruidoso. 
Además, te recomendamos mantener un volumen bajo en tus dispositivos de audio personales. 
Ajustar el volumen de los audífonos de manera adecuada, ten en cuenta que, la pérdida de audición debido a sonidos fuertes es permanente. 
Tomar pausas auditivas, es recomendable tener descansos regulares para reducir el estrés auditivo. 
Estos son particularmente importantes después de estar expuesto de manera prolongada a ruidos fuertes. 
Tomar precauciones al nadar, para evitar infecciones por el ingreso de agua en el canal auditivo utiliza tapones para los oídos. 
Sonarse la nariz con suavidad, cuando estés resfriado puedes experimentar dolor o una sensación de oído tapado debido a la inflamación, la que puede acentuarse al sonarse. 
Asistir periódicamente al otorrinolaringólogo, si presentas disminución repentina de pérdida de la audición, ruido en los oídos, dolor de oído y/o vértigo, te recomendamos consultar oportunamente a uno de nuestros profesionales para detectar problemas a tiempo y prevenir potenciales problemas. 
Además, cuando te receten algún medicamento, es recomendable preguntar si podría tener efectos adversos en tu audición. 
La salud de tus oídos es esencial para tener una buena calidad de vida. 
Si sientes dolor, percibes una disminución en tu capacidad auditiva o tienes los oídos tapados te recomendamos consultar a un especialista. 
Realizar chequeos preventivos desde la infancia es importante que los recién nacidos se sometan a un examen auditivo durante sus primeros días de vida para detectar precozmente problemas de audición. 
Luego, se recomienda que los niños se hagan otro examen auditivo a los 4 años de edad, aproximadamente. 
Promover activamente los ambientes saludables para la audición, por ejemplo, películas infantiles con sonido moderado, juegos infantiles silenciosos, advertir a usuarios con dispositivos móviles personales cuyo volumen es audible, eventos con amplificación correcta, etc.