Contextualizar supone justificar a qué época, movimiento literario, y/o autor podemos adscribir un determinado texto literario. Para realizar esta contextualización, nos basaremos en aspectos como: Su temática, explicando si es significativa de un autor o movimiento concreto. Sus características métricas: por ejemplo, el uso de la cuaderna vía nos permitiría adscribir un texto al Mester de Clerecía, dentro de la literatura medieval. Su lenguaje: si es más o menos recargado, si contiene elementos simbólicos, si utiliza términos característicos de un determinado autor, etc. Las figuras literarias utilizadas, si es que son propias de un autor o escuela literaria concreta. La identificación del yo lírico con una naturaleza tempestuosa y la atmósfera melancólica que se crea a través del léxico, la forma métrica empleada, y los recursos literarios enumerados permiten encuadrar el poema en el Romanticismo, movimiento literario de la primera mitad del siglo XIX. Por su temática, la utilización simbólica de elementos, su ritmo, suave y melódico, sus leves asonancias, su intimismo y la concentración temática que se produce al final del poema, podemos afirmar que el texto pertenece a un movimiento literario concreto. El mencionado lenguaje sensorial, la musicalidad que lo recorre, las referencias culturales, la evasión hacia un pasado mítico en el que tiene cabida la mitología grecolatina, el lujo del léxico empleado y la idea de la revolución estética que vendrá de manos de los poetas nos permiten encuadrarlo dentro de las corrientes artísticas de finales del siglo XIX.