Es probable que la frustración sea la capa superior de un sentimiento. Habla de una sensación de estancamiento o impotencia, una incapacidad para hacer que las cosas sucedan de la manera que alguien quiere. El diccionario Merriam-Webster define sentirse frustrado en parte como sentir desánimo, enojo y molestia debido a problemas no resueltos o metas, deseos o necesidades insatisfechas.
Nos imaginamos a alguien incapaz de abrir un frasco de salsa de espagueti o, más en serio, a una persona incapaz de hacer que su pareja entienda sus necesidades emocionales. Para muchos de mis clientes, estar frustrado puede hacerlos actuar, desde elegir una pelea verbal hasta rendirse por completo en un jadeo, desde colgarle el teléfono a alguien hasta patear una pared.
Pero si bien esta imagen de frustración es común, con un poco de exploración emocional, podemos ver que una serie adicional de posibles emociones puede subyacer a la frustración. Y el primer paso para superar la experiencia de una manera saludable es descubrir exactamente cuáles son esas emociones más profundas.
Enojo: un compañero clásico de la frustración, el enojo es a menudo lo que sucede cuando sientes que algo te está frustrando, y tu enojo se dirige a esa persona o cosa. Ansiedad o miedo: muchas veces, la "frustración" parece una emoción más segura que admitir al miedo.
La tristeza también puede sentirse más formidable que la frustración. A veces, la tristeza proviene de una sensación de desesperación por la aparente desesperanza de una situación. Quieres que una situación cambie, o tal vez incluso quieres cambiar partes de ti mismo, y sin embargo no está sucediendo.
Culpa: cuando la culpa subyace a la frustración, normalmente implica querer una resolución para algo por lo que aún no te has perdonado. Vergüenza: está relacionada con la culpa, sin embargo la vergüenza, golpea a veces incluso cuando no hay nada por lo que ser culpable.
Si tienes antecedentes de baja autoestima, síndrome del impostor o sensación de que eres "malo", puede ser inusualmente sensible a la frustración relacionada con llevar estos sentimientos. El peso de la vergüenza a largo plazo puede causar una sensación general de impotencia y desesperanza, que pueden contribuir a tu frustración.
Ser más capaz de etiquetar e identificar tus sentimientos se asocia con un mejor afrontamiento y bienestar. Por lo tanto, la próxima vez que te sientas frustrado, ve si puedes ir aún más profundo e identificar mejor la raíz del problema.