Una persona con entusiasmo es alguien que siente interés y placer al hacer las cosas, sustituir una actitud pasiva frente a una activa y motivada, hace todo con un buen ánimo y que resulta agradable cumplir las tareas, perseguir los sueños y no abandonar el camino que lleva hasta ellos. Son responsables, pero también encuentran momentos para divertirse en el trabajo y todo aquello que hacen. El entusiasmo que sienten lo transforman en energía creativa, crean, producen, manifiestan sus pensamientos, infunden su energía y creatividad al resto para lograr éxitos en equipo, realzando el potencial propio y el de los que le rodean. Sienten entusiasmo, se sienten vivas, disfrutan el momento presente, se sienten válidos y esto les lleva a desarrollar una gran confianza en sí mismos. También son aquellas que enfocan su talento en todo lo que les gusta, siguen el camino hasta sus sueños y se apartan de los ambientes tóxicos que poco les aportan. Aceptan los riesgos y no se dejan vencer por los miedos, trabajan en ellos, se enfrentan, valoran los riesgos, se planifican y los asumen. Y lo mejor de todo es que contagian este entusiasmo a todos aquellos que les rodean.