La lista de verificación o checklist no es más que una herramienta diseñada específicamente para las tripulaciones, cuyo objetivo es reducir al máximo cualquier error humano. Un avión contiene numerosos procedimientos, sistemas, mecanismos…, y su funcionamiento debe descansar, por una parte, en las personas que lo tripulan, pero por otra lo hace también en los dispositivos y protocolos estandarizados para que un potencial error u olvido humanos no tenga consecuencias. Dicho de otro modo, la checklist es un estándar orientado a asegurar que cada tarea se ha realizado, y lo hace de forma exhaustiva, tal y como establece la propia OACI. En realidad, las listas de verificación son una herramienta utilizada en múltiples áreas: medicina, informática, industria… En general, la checklist busca aumentar la seguridad de cualquier proceso. La checklist es un documento en el que se comprueba absolutamente todo. La lista de verificación o checklist es un estándar orientado a asegurar que cada tarea se ha realizado, y lo hace de forma exhaustiva.
Las checklist de procedimientos anormales y de emergencia ayudarán a cada miembro a asumir un rol de manera clara y actuando como guía para tomar decisiones, ejecutando las acciones en el orden apropiado. Una checklist puede tener un soporte físico o digital, y cada avión tiene la suya propia.
Una checklist debe cumplir una serie de requisitos que apelan al sentido común: Un orden lógico. Cada lista de cada procedimiento debe tener un orden y no otro dentro de los elementos que se verifican, ya que hay sistemas que dependen de otros. Las respuestas a cada elemento verificado deben ser lo más específicas posible, para no dar lugar a ambigüedades. Tienen que corresponderse con fases concretas del vuelo, y ser las justas: ni pocas, ni demasiadas. Hay sistemas automáticos que verifican partes del protocolo, lo que justifica que elementos de las mismas queden fuera. Tiene que ser inteligible, es decir, que se pueda comprobar de un vistazo. Para ello, la elección de la tipografía es esencial: debe escogerse una que sea de fácil lectura, ni demasiado condensada ni demasiado historiada. Hay que pensar en que dichas listas pueden consultarse en momentos en los que la visibilidad es escasa. Pueden usarse códigos de colores, pero también debemos utilizar el sentido común: en negro, las listas de verificación normales; en amarillo, las que indican el mal funcionamiento de algún sistema; en rojo, las de verificación de procedimientos de emergencia. No obstante, es muy recomendable que el color no sea el único elemento que las distinga.