Para distraerse durante un entrenamiento, se deben considerar los factores externos como los compañeros, el móvil, las televisiones, el monitor, las propias máquinas para realizar el entrenamiento o las actividades que se realizan alrededor.
También se deben considerar los factores internos que se originan del pensamiento del individuo, y pueden ser por un pensamiento disociativo, un exceso de pensamiento analítico o un pensamiento débil.
Una mínima distracción puede marcar la diferencia entre un buen y un mal resultado.
Una buena concentración conseguirá centrar tu atención en lo que estás haciendo y pensar únicamente en el rendimiento, sin prestar atención a las distracciones del entorno.
Para lograr la concentración se debe pensar exclusivamente en el “aquí y ahora”, es decir, tener la cabeza únicamente en el entrenamiento.
La capacidad de concentración es un proceso mediante el cual se rechaza la información irrelevante y se hace foco únicamente en lo que refiere a la tarea específica que nos encontramos realizando.
Si tienes una buena concentración conseguirás centrar tu atención en lo que estás haciendo y pensar únicamente en el rendimiento, sin prestar atención a las distracciones del entorno.
La capacidad mental, al igual que la parte física, se puede entrenar, de hecho la concentración se debe entrenar paralelamente a la parte física.