Los medicamentos diseñados para relajar el sistema nervioso, comúnmente conocidos como sedantes o tranquilizantes, buscan reducir la actividad nerviosa y promover una sensación de calma y relajación. Estos fármacos son útiles en situaciones de ansiedad, estrés o insomnio. Las benzodiacepinas, como el diazepam o lorazepam, son algunos de los medicamentos más prescritos para tratar la ansiedad y el insomnio. Actúan potenciando el efecto del neurotransmisor GABA, que es inhibidor, logrando así un efecto calmante en el cerebro. La valeriana es una planta con propiedades sedantes. Se ha utilizado durante siglos para tratar el insomnio y la ansiedad, ayudando a calmar la mente y facilitar el sueño. Los depresores, como el alcohol o los barbitúricos, disminuyen la actividad del sistema nervioso. Se utilizan en tratamientos para la ansiedad, el insomnio y otros trastornos relacionados. Algunos antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), también pueden tener un efecto relajante sobre el sistema nervioso, siendo útiles en trastornos de ansiedad.