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¿Qué es sabotaje interno?

Berta Castaño
Berta Castaño
2025-07-26 13:42:28
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El sabotaje interno es una forma de entorpecer los esfuerzos de una organización desde dentro. Se pueden utilizar métodos como insistir en hacer todo a través de canales oficiales, no permitir atajos para acelerar decisiones, dar discursos extensos y frecuentes, ilustrar puntos con anécdotas y relatos personales, y escalar asuntos a comités para un mayor estudio y consideración. También se pueden emplear tácticas como apuntar aspectos irrelevantes con frecuencia, exigir una redacción precisa de comunicaciones, resucitar asuntos cerrados, abogar por la precaución y cuestionar la idoneidad de decisiones. Además, se pueden utilizar métodos como eximir siempre las órdenes por escrito, malinterpretar órdenes, hacer preguntas interminables y retrasar la entrega de tareas. También se pueden emplear técnicas como priorizar tareas menos importantes, vigilar que tareas importantes recaigan en trabajadores menos eficientes, insistir en la perfección en cosas poco relevantes y cometer errores al entregar material. Otros métodos incluyen confundir a nuevos empleados, disminuir la moral promocionando a trabajadores ineficientes, organizar reuniones innecesarias, multiplicar el papeleo y los procesos, y aplicar directrices y procedimientos al pie de la letra. Trabajar despacio, introducir interrupciones, simular problemas con el lenguaje, expresar que las instrucciones no están claras y rellenar formularios de forma incorrecta también son métodos de sabotaje interno. Es importante que las empresas adopten tácticas para prevenir este tipo de sabotaje, como reducir la burocracia, definir claramente responsabilidades y expectativas, impartir formación adecuada y compartir y discutir estos temas internamente para identificar costumbres y rituales que necesitan cambiar.
Verónica Galván
Verónica Galván
2025-07-26 12:38:08
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Dentro de cada persona cohabitan dos personajes diferentes que nos sabotean de dentro a fuera cada vez que se pelean entre ellos. El primero es »el que manda», también denominado »perro de arriba». El »perro de arriba» ejerce de policía, de protector de los »deberías» que impone el buen hacer. Por otro lado nos encontramos con »el mandado» o »perro de abajo». Este personaje lucha por satisfacer nuestros deseos, instintos, necesidades, por aquellas cosas que pedíamos de forma natural y cuando éramos unos niños. El «perro de abajo» dice: «ya lo haré mañana, qué pereza me da todo, no puedo, me da palo». La ansiedad es la expresión justa del conflicto entre las dos partes de la persona. Para resolver este conflicto interno podemos establecer un diálogo entre estas dos partes hasta que puedan llegar a un acuerdo, negociar para que dejen de competir y colaboren para conseguir lo que se requiere. Lo ideal es lograr que »el perro de arriba» permita cubrir nuestras necesidades, mientras el “perro de abajo” nos da permiso para realizar lo que creemos que debemos hacer. Al lograr que tanto uno como otro »cedan» ante la negociación, «el perro de abajo» ya no necesitará sabotear al perro de arriba. Tomar contacto con las dos partes implica poder integrar a nuestros saboteadores, de la forma que ya no cumplan la función de saboteadores, sino de potenciadores de nuestro yo.