Ser consciente de tus debilidades también te permitirá conocer tus fortalezas, recursos personales y límites, lo que hará que te transformes en la mejor versión de ti mismo. La disciplina debe ejercitarse constantemente, se desarrolla poco a poco, como un músculo. No te asustes si al principio no eres constante ¡siempre puedes trabajar más! Es importante que si no logras alguna meta, no te juzgues, toma la experiencia y analiza nuevamente la situación, las recompensas llegarán. La motivación nos permite conectarnos con nuestra voluntad y fuerza interior. Para reconocerla sólo tienes que mirar hacia adentro, entender tus anhelos más profundos y el porqué de las cosas. La disciplina te puede permitir moldear tu propio carácter y tener un panorama más amplio de la realidad, en el que logres tus objetivos gracias a tu esfuerzo. Recuerda que una persona disciplinada siempre logrará sus metas, pues es perseverante y constante. Establece una rutina que contemple los quehaceres del día, incluye todas tus actividades, desde tareas de trabajo hasta el tiempo de recreación y descanso. Puedes organizar tu lista en una agenda física o digital, este paso te permitirá ejercitar con regularidad tu disciplina y realizar tus actividades. Después de lograr una o varias metas piensa en algo que quieras darte como recompensa cuando lo logres, esto puede servir como motivación, te hará sentir tu propio apoyo y te dará una razón para concentrarte. No celebrar tus logros podría estar afectando tu capacidad de desarrollar nuevos hábitos, establecer mejores relaciones y alcanzar tus objetivos personales y profesionales. La disciplina genera mayor felicidad en las personas. Es muy importante estimular el autocontrol, de esta forma podremos tomar mejores decisiones, de esa forma podrás llevar una vida más equilibrada y sentir mayor satisfacción.