Una sesión de entrenamiento debe contener los siguientes elementos: Objetivo/s de la sesión de entrenamiento
Los objetivos deben presentar: Claridad de formulación.
Se deben entender sin problemas.
Accesibles
Tiene que ser factible lograr esas metas.
Realistas con las particularidades de los practicantes.
Específicos.
Elaborar los objetivos para cada persona o grupo de trabajo.
Elementos cuantificables.
Debe existir una manera objetiva de averiguar si hemos alcanzado esos objetivos.
Para estructurar sesión de entrenamiento de manera correcta, la sesión debería constar de:
Introducción
Es importante entender lo que se va a realizar.
Ser partícipe de la visión general de la sesión proporciona consciencia y potencia la focalización y logro de los objetivos previamente establecidos.
Por ello, debemos tener una visión global de las tareas y objetivo de la sesión de entrenamiento.
Lo que queremos y cómo vamos a lograrlo.
Calentamiento
El propósito del calentamiento es preparar al organismo para la sesión y minimizar el riesgo de lesión.
Este debe estar acorde con el volumen e intensidad de la sesión.
No existe una regla que establezca el contenido y duración del calentamiento.
Pero este debería contener ejercicios abdominales, ejercicios específicos de la sesión y estiramientos con pequeños rebotes, que nos ayuda a evitar problemas musculares.
Parte principal
Aquí es donde se desarrollan los ejercicios y tareas principales de la sesión.
Suele ser la parte que más tiempo conlleva.
Vuelta a la calma
Al terminar la sesión, debemos finalizar con una buena sensación y no debemos irnos demasiado estresados o activos.
Se recomienda realizar ejercicios divertidos y de relajación.
Es necesario saber cuándo programar las sesiones de entrenamiento.
Pero aún es más importante saber cuando programar los descansos, pues son la clave de la mejora en el entrenamiento.
Además, lo habitual es que tengamos que compaginar nuestras sesiones de entrenamiento con la vida cotidiana.
Por lo tanto, es primordial consensuar ambos aspectos.
Medios de entrenamiento.
Qué vamos a utilizar, cómo y dónde vamos a entrenar.
La utilización de los medios a nuestro alcance puede ser un lastre, pero el hecho de disponer de los mejores medios, no significa, necesariamente que obtengamos los mejores resultados.
Lo realmente importante es saber qué hacer y cómo realizarlo.
Esto sí nos asegura los mejores resultados a nuestro alcance.
Distribución cargas de trabajo.
Conocer cómo vamos a variar las cargas de trabajo, cómo combinarlas con las recuperaciones y, sobre todo, cuando aplicarlas, puede suponer la diferencia entre progresar y fracasar.
Entrenar mucho no significa que se mejore de igual manera.