Para relajar el sistema nervioso y reducir el estrés podemos combinar la actividad física moderada con técnicas de relajación.
De esta forma, conseguiremos que nuestro organismo alcance el equilibrio deseado.
Comienza con un programa de ejercicios para reducir el estrés y que se relaje el sistema nervioso.
Por ejemplo puedes caminar, correr, hacer ejercicio aeróbico, nadar, andar en bicicleta, yoga o tai chi.
Empieza con unos 30 minutos de actividad aeróbica moderada cada día, de lunes a viernes, o la mitad de tiempo, si la actividad es de alta intensidad.
Puedes combinar ambos si los deseas.
La meditación estimula las ondas cerebrales alfa asociadas con la relajación de todo el sistema nervioso.
Puedes experimentar con la concentración en la respiración o vaciar la mente.
Para ello, sitúate en un lugar tranquilo y en una posición cómoda, y hazlo siempre a la misma hora todos los días durante unos quince o veinte minutos.
Los ejercicios mente-cuerpo ayudan a relajar el sistema nervioso, como el yoga, que proporciona los beneficios de hacer ejercicio al tiempo que ayuda a calmar la mente.
¡Practícalo varias veces a la semana o diariamente.
Puedes ayudarte de libros o DVDs.
Esta técnica ayuda a calmar el sistema nervioso porque se liberan endorfinas.
Las endorfinas tienen varias funciones y beneficios: Por un lado, eliminar el dolor.
Por otro, oxigenar los tejidos.
Y, en última instancia, mejorar la circulación para ayudar a eliminar el cortisol y los productos de desecho resultantes de la tensión.
La retroalimentación biológica es una técnica que entrena a la gente a controlar los aspectos de su fisiología: En primer lugar, la frecuencia cardíaca.
También, la presión arterial.
En tercer lugar, la tensión muscular.
Por último, la temperatura de la piel y la actividad de las ondas cerebrales.
Además, puede ayudar a reducir los síntomas relacionados con el estrés, según un estudio realizado por la Asociación Mexicana de Comportamiento y Salud.
Podemos relajar nuestro sistema nervioso de forma natural con ejercicios físicos como yoga, meditación, técnicas de retroalimentación biológica, masajes y acupuntura, entre otros.
Por lo tanto, ¡adelante.
Practica el que más te guste o con el que más cómodo te sientas.