El plomo es relativamente abundante en la corteza terrestre, aunque nunca en su estado elemental. Es común encontrarlo como sulfuro de plomo, parte del mineral conocido como galena. También es común encontrar el plomo en forma de fosfatos, carbonatos, sulfatos y numerosos óxidos. También podemos encontrarlo como consecuencia de la desintegración radiactiva de materiales radiactivos, por ejemplo el uranio y el torio. Los principales usos del plomo incluyen la fabricación de baterías, la producción de cables eléctricos, la fabricación de soldaduras, la producción de vidrio y cerámica, y en la fabricación de municiones. El plomo se utiliza en la fabricación de baterías porque es un metal resistente a la corrosión y tiene una alta densidad, lo que lo hace ideal para almacenar y liberar energía eléctrica. El plomo se utiliza en la fabricación de soldaduras debido a su bajo punto de fusión y a su capacidad para unir metales y otros materiales. El principal uso del plomo es en baterías para automóviles y otros vehículos. Sin embargo, tanto el plomo como las aleaciones de plomo son componentes muy comunes en cañerías, baterías, pesas, proyectiles, municiones, revestimientos de cables y láminas usadas para la radiación, etc. Los compuestos del plomo se usan como pigmentos en pinturas, en barnices para cerámicas y en materiales de relleno. El tetraetilo de plomo aún se continúa usando en gasolina para vehículos, que no son para uso en carreteras, y en gasolina para aviones. También se sigue utilizando para conseguir municiones, balas y proyectiles, así como cañas para pescar.