La importancia de las pausas es clave para reducir la fatiga ocular.
Los músculos oculares necesitan pausas periódicas para relajarse y recuperar su capacidad de enfoque.
Regla 20-20-20: Cada 20 minutos, mira algo a 20 pies de distancia durante 20 segundos.
Descansos activos: Levántate, estírate y camina un poco para relajar los ojos y el cuerpo.
Parpadear conscientemente para mantener los ojos hidratados y evitar la sequedad ocular.
Uso de lágrimas artificiales ayuda a mantener la superficie ocular bien hidratada, reduciendo la incomodidad y mejorando la sensación de frescura en los ojos.
Es recomendable elegir lágrimas sin conservantes y aplicarlas según la necesidad para evitar la sequedad ocular prolongada.
Además de las pausas periódicas, es fundamental garantizar un descanso visual adecuado durante el día y, especialmente, antes de dormir.
La exposición prolongada a pantallas, especialmente en horas nocturnas, puede alterar el ritmo circadiano y dificultar la producción de melatonina, afectando la calidad del sueño y agravando la fatiga ocular.
Para mejorar el descanso visual, se recomienda evitar el uso de dispositivos electrónicos al menos una hora antes de dormir, reducir la iluminación artificial por la noche y, si es necesario, utilizar gafas con filtro de luz azul para minimizar el impacto de las pantallas en la vista.
Ajuste adecuado de la iluminación y pantallas es recomendable utilizar una luz ambiental equilibrada, preferiblemente natural, y evitar la exposición directa a luces brillantes.
En el caso de trabajar con pantallas, se deben ajustar el brillo y contraste para que sean cómodos para la vista y activar filtros de luz azul para reducir el impacto de la luz artificial en los ojos.
Mantener una ergonomía visual adecuada puede reducir el esfuerzo de los ojos y prevenir molestias relacionadas con la visión.
Para lograr una postura óptima, se recomienda ajustar la altura de la pantalla, evitar reflejos en la pantalla, y mantener una buena postura corporal.