La seguridad se basa en 3 pilares: la fiabilidad técnica, los sistemas de gestión de la seguridad, los factores organizacionales y humanos.
Estos 3 pilares son el resultado de la evolución histórica de diferentes enfoques en materia de seguridad, en los que cada dimensión se suma a las anteriores en pos de alcanzar una cultura de seguridad.
La fiabilidad técnica se centraba principalmente en las barreras técnicas.
Los resultados en materia de seguridad mejoraron y se observó una reducción del número de accidentes, pero se alcanzó una meseta a partir de la cual los resultados en seguridad tuvieron dificultades para seguir mejorando.
La implementación de sistemas de gestión de la seguridad en las industrias expuestas a riesgos aportó mayor formalidad: políticas de empresa, normas y procedimientos, seguimiento mediante indicadores, elaboración de informes, técnicas de análisis de riesgos y análisis de eventos, etc.
Se registró entonces una segunda ola de reducción de accidentes, pero ésta también alcanzó una meseta.
La introducción de los factores organizacionales y humanos señala el inicio de una nueva baja en los índices de accidentes industriales.
Permiten trabajar en la accidentología, reflexionando sobre determinadas dimensiones como la organización del trabajo o el lugar que debe otorgarse a la seguridad.
Es necesario actuar coherentemente, y de manera conjunta, sobre los 3 pilares; no hay que caer en la trampa de tratarlos en silo; garantizar el equilibrio de las acciones: actuar sobre uno de los pilares no puede paliar acciones insuficientes respecto a los otros dos; controlar los 3 pilares de forma permanente, lo que requiere esfuerzos a largo plazo.