Un maestro desarrolla su actividad en clases donde los alumnos y alumnas tienen una edad comprendida entre los 4 y los 12 años. Es decir, estos se encuentran en la fase de Educación Infantil o Educación Primaria. Un maestro, por lo tanto, ejerce distintas funciones, que pueden resumirse en: Explicar la materia en clase, Evaluar a los alumnos y alumnas, Identificar los problemas de conducta o de aprendizaje, un asunto especialmente sensible dada la edad del alumnado, Fijar una rutina de deberes y reuniones con la familia, Atender a los alumnos con diferentes tipos de aprendizaje, Utilizar metodologías didácticas, como el trabajo colaborativo o el aprendizaje a través de la experiencia, Usar materiales audiovisuales, Preparar las correcciones de ejercicios, trabajos y exámenes, Asistir a reuniones del claustro y de padres.
Entre las diferencias más notables se encuentran el tipo de estudiantes a los que atienden y las funciones que desempeñan en el aula. Mientras que un profesor se centra en la transmisión de conocimientos a estudiantes de entre 12 y 18 años en centros de Educación Secundaria Obligatoria y Formación Profesional, un maestro se ocupa de la educación de niños y niñas de entre 4 y 12 años en la etapa de Educación Infantil o Primaria.