La escuela ha sido y sigue siendo para mí un espacio increíblemente interesante y vasto, lleno de oportunidades, de sueños, de experiencias de vida enriquecedoras e irrepetibles. Siempre me ofrece algo nuevo que vivir, siempre me permite alcanzar grandes alegrías y encontrar refugio en mis penas y tristezas, dentro y fuera de las aulas de clase. No, para nada me he cansado. Tal vez mi vida siempre ha estado demasiado ligada a la escuela, aún en los temas personales; es todo un estilo de vida. Sin embargo, no me siento incómodo ni insatisfecho con ello, sino que me siento a gusto y feliz porque me ha dado una perspectiva muy especial sobre muchas cosas, algunas aparentemente muy sencillas e insignificantes y otras tantas mucho más grandes y complejas. Uno es encontrar algún detalle, por mínimo que parezca, que te haga disfrutar el día a día común en la escuela. El otro consiste en buscar actividades relacionadas con lo que te gusta e interesa, que cuando ocurran te permitan vivir días muy especiales, llenos de aprendizaje, inolvidables e irrepetibles. Así es como disfruto la escuela: encontrando alguna magia en lo rutinario y prestando atención a las oportunidades para lo extraordinario. En lo personal, siempre he disfrutado asistir a clase y escuchar con atención lo que se enseña en las aulas. Yo creo que en una escuela siempre será muy importante el trabajo desde las aulas, pero también son muy importantes, en su justo equilibrio, las actividades fuera de las aulas, puesto que algunas nos permiten aprender nuestros temas de estudio habituales de otra manera y con otra perspectiva, y otras tantas nos permiten desarrollar otras habilidades y áreas de interés que solemos dejar olvidadas por largo tiempo. Considero, sin duda alguna, que promover una nueva escuela donde se valoren más las actividades fuera del aula y se otorguen mayores facilidades, con responsabilidad, para participar de las mismas, sería un gran paso para ayudar a los estudiantes a encontrar motivaciones más fuertes para aprovechar al máximo y disfrutar su estancia en la escuela. Siempre, dentro y fuera del aula de clases, debemos privilegiar el sano aprendizaje y darle su debida importancia y nivel de responsabilidad a cada una de las formas de adquirirlo.