Juego limpio para deportistas Las sugerencias sobre juego limpio para los deportistas está principalmente dirigidas al disfrute del hecho de jugar, a no realizar intencionalmente simulaciones o acciones no permitidas por las reglas sin necesidad de control externo, a no discutir nunca las decisiones del árbitro y sobre todo al buen trato con los oponentes y compañeros por igual, incluyendo el reconocimiento expreso de las buenas acciones que ellos realizan, aceptando las derrotas con dignidad y las victorias con sencillez y moderación.
El juego limpio no es solamente ganar, sino aceptar perder.
Un aspecto esencial está relacionado con la significación que para la sociedad tienen las nociones de ganar y competir: la descalificación del acto de no ganar.
Los entrenadores deben, principalmente, respetar la persona del deportista, absteniéndose de realizar actos denigratorios, cuidando su salud aunque ello pueda disminuir el rendimiento deportivo, promoviendo el respeto por los oponentes y manteniendo él mismo una actitud cordial con los otros entrenadores.
En caso de ganar no restregárselo a la cara de los perdedores.
También le llamamos juego limpio, al jugar sin hacer ningún tipo de trampa y respetando al compañero sin groserías ni cosas similares.
En esto es importante que para no generar discusiones ni peleas se respete al adversario y se sepa ser un buen perdedor.
La preocupación por el juego limpio ha ido en aumento en todo el mundo, ante la reiteración de conductas deportivas cuestionables, no sólo por parte de los jugadores, sino también por parte de dirigentes, padres y familiares, árbitros, entrenadores y público.
El juego limpio tiene como meta una especial importancia para los niños y adolescentes en una época en la que la profesionalización comienza a incidir sobre los deportistas a edades cada vez más tempranas.
El juego limpio tiene como objetivo recuperar el sentimiento de 'jugar', como una actividad naturalmente satisfactoria, agradable, honesta y divertida.