1. Dejar de dar bandazos, centenares de docentes, como Teresa Simonet, maestra de Música y Primaria en Cádiz, reclaman un pacto educativo que dé estabilidad normativa al sistema.
2. Mayor autonomía, muchos, como Antonio Solano, director del instituto Bovalar de Castellón, son partidarios de que sean los “profesionales de la educación” los encargados de diseñar los currículos.
3. Prestigiar la evaluación, una parte del profesorado considera imprescindible revalorizar las notas de evaluación.
4. Bajar las ratios, una petición común es reducir el número de alumnos en las aulas.
5. Mejorar la formación del profesorado, son muchos quienes, como Luis Carlos Contreras, catedrático de universidad en Huelva, creen que el sistema solo mejorará si lo hace la formación y selección de entrada de los docentes.
6. Renovar la docencia, un sector de los profesores —y también de padres y alumnos— creen urgente actualizar la práctica docente que, en palabras de Francesc Bosch, orientador en el instituto de Premià de Dalt, abusa de “clases magistrales poco motivantes” y no conectadas con la realidad.
7. Trabajadores sociales, diversas propuestas apuntan en la misma dirección: la enseñanza reglada es una herramienta clave para reducir la desigualdad social, pero con frecuencia no funciona porque el sistema no dispone de suficientes recursos específicos para compensar la gran desventaja con la que parten los alumnos de familias pobres.
8. Diagnosticar las dificultades, en torno al 10% de los alumnos son disléxicos, y la falta de normas en la mayoría de comunidades para detectar pronto el problema conduce a menudo al fracaso.
9. Repensar el espacio, la vertiente física del sistema también es una fuente de preocupación.
10. Más fondos, prácticamente nadie reclama subir el salario de los profesores —aunque varios proponen vincular aumentos a resultados—, pero la necesidad de una mayor inversión, sobre todo en la red pública, es la urgencia más señalada por la comunidad educativa.