Un retroceso es una corrección o pullback en el precio de un activo, que ocurre después de un impulso alcista o bajista. Los retrocesos forman parte de la estructura básica de una tendencia, tanto alcista como bajista. Si la tendencia es alcista, los impulsos empujan el precio hacia arriba con pequeños descansos en forma de retrocesos. Los retrocesos también se producen en tendencias bajistas, donde los impulsos empujan el precio a la baja y se forman ligeros retrocesos para descansar. Los retrocesos pueden ser mínimos, de un -5% o -10%, o más serios, de un -20% o -30%. Los traders utilizan estrategias basadas en retrocesos, como retrocesos de Fibonacci, rebotes en medias móviles, soportes y resistencias, y sobrecompra/sobreventa con indicadores de oscilación, para detectar la finalización de un retroceso y entrar en el mercado. El objetivo es identificar el final de un descanso y aprovechar el siguiente impulso. Los retrocesos se caracterizan por un volumen bajo y decreciente, lo que indica que los vendedores se están deshaciendo de sus acciones y el valor se prepara para la siguiente subida.