Un mal manejo al cambiar a reversa puede generar daños severos en la transmisión, que conlleva reparaciones cuyo costo puede superar los miles de dólares, dependiendo del modelo del auto y la magnitud del daño. Uno de los errores más perjudiciales presentados por manuales de conducción de fabricantes como Ford, es cambiar de marcha entre avance y reversa sin detener completamente el auto. Este hábito somete la transmisión a un esfuerzo innecesario, porque la caja de cambios no está diseñada para frenar el vehículo. Cuando se cambia a reversa mientras el auto aún se mueve hacia adelante, los engranajes internos reciben un impacto brusco, que puede generar desgaste prematuro e incluso la ruptura de componentes clave. Para evitar este daño, es imprescindible que el vehículo esté completamente detenido antes de cambiar entre P, R, N o D. Esto permite que la caja de cambios realice el cambio de marcha sin sufrir un impacto mecánico que comprometa su funcionamiento a largo plazo. Es otro error que puede comprometer la transmisión automática. Este tipo de maniobra genera un estrés excesivo en los componentes internos de la caja de cambios, lo que puede derivar en un sobrecalentamiento del sistema y el desgaste prematuro de las bandas y embragues. Para evitar este problema, se debe presionar el acelerador de manera progresiva, permitiendo que la transmisión haga el cambio de manera suave. Además, es crucial utilizar la reversa solo cuando sea estrictamente necesario y a bajas velocidades, porque esta marcha no está diseñada para recorridos prolongados o movimientos agresivos.