Un buen tirador primero debe ser un tirador seguro.
Fue el ya desaparecido Coronel del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, Jefferson Cooper, consciente de que los diferentes decálogos de seguridad con la armas de fuego parecían desaparecer de la memoria de sus subordinados durante el periodo que pasaban embarcados después de su formación básica como Marines hasta su posterior despliegue en ultramar, donde debían sacar partido a toda aquella instrucción recibida en la isla de Parris, quien ideó estos cuatro preceptos que analizaremos individualmente en este blog.
Regla nº 1.
Trate todas las armas como si estuvieran siempre cargadas.
Regla nº 2.
No permita que su arma apunte hacia algo o alguien a quien no quiere disparar.
Regla nº 3.
Mantenga el dedo alejado del disparador hasta que no haya decidido disparar.
Regla nº 4.
Identifique siempre su blanco y lo que hay más allá de él.
La influencia del Coronel Cooper en el tiro táctico que hoy conocemos es tal, que está considerado como el padre de la técnica de tiro moderna, siendo estas cuatro reglas un filtro por el cual los profesionales pasan las técnicas en el manejo de las armas que emplean, así como sus tácticas y procedimientos que suelen desechar si en algún momento entraran en conflicto con los preceptos que Cooper legó.