El uso del seguro de nuestra arma en la caza es fundamental.
El 2018 ha sido un año negro en lo que a accidentes de caza se refiere y lo que llevamos de 2019 no apunta mejores maneras.
Un arma debe siempre ser tratada como si estuviera cargada, esté con seguro o sin él.
Nunca apuntaremos con el arma a una zona peligrosa u otra persona.
Yo por costumbre, cargo mis armas con el seguro puesto y no lo quito nunca hasta el momento del lance, ya que para mí es parte de este.
Habitualmente me cuelgo el rifle al hombro y me parece peligroso colgar el rifle al hombro sin seguro ya que en cualquier movimiento se puede enganchar desde una rama hasta una trabilla de la cazadora en el gatillo y producir un disparo fortuito.
Toda precaución es poca, nos va la vida en ello.
Si caminamos con el rifle al hombro porque se trata de un rececho, lo más seguro es llevar la recámara vacía, pero si estamos próximos al lance y se trata de los últimos pasos, como mínimo el seguro puesto.
En el caso de las escopetas, aplica la misma prudencia que en los rifles.
Muchas veces se piensa que, al tener menos alcance, las escopetas son menos peligrosas, pero en distancias cortas son igual de peligrosas.