El silenciador se trata de una cámara que contiene un tubo perforado que la atraviesa y que está envuelto en lana de roca que sirve como aislante acústico.
La vida útil del silenciador es aproximadamente de 80.000 km.
Sin embargo, hay que considerar que cuando el coche pasa mucho tiempo inmovilizado, o sólo recorre trayectos muy cortos, tiende a acumularse humedad en el interior del silenciador, lo que provoca que éste se deteriore por corrosión debido a que la línea de escape no genera la temperatura suficiente para eliminar la humedad por completo.
Un silenciador en mal estado produce ruidos de golpes metálicos en el suelo del coche que indican que los conductos están siendo movidos por los gases de escape y tienden a desoldarse.
Además, el coche tiende a producir un ruido mayor cuando se acelera.
Para determinar si existen daños se debe sacudir la línea de escape para verificar que las gomas de fijación están deterioradas, agrietadas o falta alguna de ellas.
Es necesario comprobar que la línea esté bien fijada para absorber las vibraciones que pueden debilitar las soldaduras.
También, es necesario comprobar si existe óxido o perforaciones en el tubo de escape y ver no presenta un ruido de arena, lo que indicaría que la lana de roca está deshaciéndose.
Si está defectuoso llega el momento de cambiar el silenciador de un coche, es decir, cuando no reduce de manera adecuada los niveles de ruido que produce el sistema de escape de gases.
Además, este deterioro puede generar un aumento en el consumo de carburante.