La culpa nunca es del arma, sino de la persona que la usa sin considerar sus características operativas y sin adoptar las reglas más comunes dictadas por la prudencia. La seguridad es un mecanismo presente en todas las escopetas, arriba y abajo, escopetas, automáticas y de un solo cañón. La seguridad de los fusiles, sin embargo, no son "seguros" al 100%, pues no permiten bloquear la batería del arma, que es el mecanismo que da lugar al disparo y que está compuesto por el martillo y el percutor. Un golpe o una caída accidental es suficiente para iniciar el disparo incluso con el seguro activado. De hecho, actualmente no existen dispositivos de seguridad capaces de prevenir la ocurrencia de accidentes graves de caza cuando el arma de fuego está cargada. La seguridad de los fusiles depende también de la habilidad y del conocimiento del cazador. El dispositivo que bloquea el gatillo debe activarse en todas las situaciones en las que el arma no esté en uso. Solo debes soltar el seguro cuando estés frente al juego y listo para golpearlo. Es mejor evitar desbloquear la seguridad demasiado pronto en relación con la identificación de la presa.