La transpirabilidad de un tejido se refiere a su capacidad para absorber y liberar la humedad, permitiendo que el sudor se evapore en lugar de quedarse atrapado en la prenda.
Este factor es fundamental por varias razones:
Mayor comodidad: Evita la sensación de humedad en la piel.
Menos olores: Al reducir la acumulación de sudor, se previenen los malos olores.
Evita irritaciones: La piel puede respirar mejor y se minimiza el riesgo de roces o alergias.
Regulación térmica: Los tejidos transpirables ayudan a mantener el cuerpo fresco en verano y seco en invierno.
El algodón es, sin duda, uno de los tejidos más transpirables y cómodos que existen.
El lino es otro tejido natural que destaca por su capacidad para transpirar.
El modal y la viscosa son tejidos derivados de fibras naturales que han sido procesadas para mejorar su suavidad y transpirabilidad.
Son más frescos y ligeros que el algodón, además de ser muy agradables al tacto.
Suaves y frescos al contacto con la piel.
Absorben la humedad y se secan rápido.
Resistentes y con caída elegante.