La frecuencia de limpieza de las armas de fuego está condicionada por aspectos como el tipo de arma, la frecuencia de utilización y su intensidad, así como las condiciones meteorológicas en las que este arma ha sido empleada.
Nuestra recomendación es limpiar las armas después de cada jornada de caza.
En especial, si su utilización ha sido intensa, efectuando numerosos disparos, y en condiciones ambientales de humedad o polvo abundantes.
En todo caso, una limpieza semanal del rifle o escopeta, siempre que su utilización no sea excesiva, es suficiente para garantizar un mantenimiento óptimo de las armas.
Es importante seguir una rutina de limpieza, vigilando las fechas.
Estos suelen incluir sustancias lubricantes que contribuyen a mejorar la utilidad de cada componente, evitando posibles averías repentinas.