Para ambientes fríos, el trabajador debe utilizar un vestuario laboral que proporcione aislamiento suficiente para impedir que el cuerpo pierda calor rápidamente. Existen varios tipos de ropa de protección, como la categoría I para temperaturas entre -5ºC y 10ºC, y la categoría II para temperaturas entre -5ºC y -50ºC. La ropa debe cumplir con requisitos como resistencia térmica, aislamiento térmico, permeabilidad al aire, penetración de agua y resistencia al vapor de agua. Se recomienda usar prendas de vestir por capas para conseguir el efecto aislante, y utilizar cortavientos para reducir el efecto de la velocidad del aire. También es importante proteger las extremidades y el cuello con guantes, bufanda o calcetines, y utilizar pantallas cortaviento en exteriores. Además, se deben tomar medidas preventivas como medir periódicamente la temperatura y la velocidad del aire, disminuir el tiempo de permanencia en ambientes fríos, y controlar el ritmo de trabajo para evitar la sudoración excesiva. En el caso de trabajos en cámaras frigoríficas, se deben seguir pautas específicas para el tiempo de permanencia y los descansos de recuperación, como un máximo de 8 horas de permanencia a 0ºC hasta -5ºC, con descansos de 10 minutos cada 3 horas de trabajo. La normativa EN14058 establece que la ropa de protección contra ambientes fríos debe ser de categoría I, mientras que la normativa EN342 establece que la ropa de protección contra el frío debe ser de categoría II. Los guantes deben cumplir con la normativa EN511, y el calzado debe cumplir con la normativa EN20345, con requisitos adicionales como aislamiento del frío, resistencia al agua y penetración y absorción de agua.