Destornilladores: Existen varios tipos, y si bien los planos y de cruz son los más conocidos, destornilladores como el Torx o Phillips son imprescindibles en trabajos específicos, especialmente en equipos modernos. Llaves: Entre ellas, las llaves dinamométricas son una joya de la precisión. Amoladoras: Más allá de cortar, pueden adaptarse para lijar, pulir, y más. Grúas: Las grúas modernas incorporan sistemas digitales para una elevación y movimiento precisos, garantizando que las cargas se manejen de manera segura y eficiente. Micrómetros: Permiten medidas extremadamente precisas, vitales para garantizar que las piezas se ajusten con exactitud. Herramientas de sincronización para motores: En motores complejos, garantizan que todas las piezas se muevan en perfecta armonía, protegiendo contra desgastes prematuros. Equipos de análisis de vibraciones: Estos dispositivos pueden identificar desequilibrios minúsculos en maquinaria rotativa, previniendo fallos catastróficos. Orejeras: Las orejeras modernas no solo protegen contra el ruido dañino, sino que también pueden amplificar sonidos clave, permitiendo la comunicación en ambientes ruidosos. Cepillos de alambre: Son esenciales para preparar superficies, especialmente en soldadura, garantizando uniones limpias y firmes. Bases de datos técnicas en línea: Proporcionan una fuente inestimable de información, desde manuales hasta soluciones a problemas comunes, agilizando el proceso de diagnóstico. Luces de cabeza: Permiten al técnico trabajar con ambas manos mientras mantienen el área iluminada. Son particularmente útiles en espacios confinados. Al observar la variedad y especificidad de estas herramientas, queda claro que el correctivo es un tipo de mantenimiento en constante evolución, que se adapta y crece con los avances tecnológicos. Con las herramientas adecuadas, los técnicos pueden garantizar que los equipos y sistemas operen a su máximo rendimiento, extendiendo su vida útil y garantizando la seguridad.