Si solamente hay que reparar la junta de la culata, realmente lo que cuesta más es la mano de obra ya que para acceder a ella hay que abrir el motor y eso lleva tiempo, puesto que hay varias piezas que desmontar antes de llegar a la junta de la culata.
En los vehículos más sencillos implica unas siete u ocho horas de mano de obra.
No obstante, lo normal si hay un fallo en la junta de culata es sustituirla por una nueva ya que su precio no es desorbitado: ronda los 100 euros, por lo que no es de las piezas más caras dentro de un motor.
Si además de la junta hay que reparar la propia culata o el bloque de motor porque también están dañados, la avería, sin contar la mano de obra, asciende hasta unos 2.000 euros aproximadamente, aunque todo depende del tipo de vehículo y su antigüedad: las piezas de los coches con más años suelen ser más baratas que la de los coches que acaban de salir del concesionario.
La rectificación sólo se puede realizar si se ha rebajado una pequeña parte del plano de la culata.
El precio del rectificado de una culata suele rondar los 700 euros.
Si no se puede rectificar la culata, el precio asciende a cerca de 1.500 euros (2.500 euros si el coche es relativamente nuevo), incluyendo la sustitución de la pieza y la mano de obra.