La realidad es que no existe evidencia científica sólida que demuestre que, efectivamente, la exposición a la luz azul tiene efectos dañinos sobre la salud ocular.
Se comercializan lentes oftálmicas que permiten filtrar o bloquear la luz azul que presuntamente son capaces de aliviar la fatiga visual asociada al uso de dispositivos digitales, mejorar la calidad del sueño y proteger la mácula.
La revisión encontró varios ensayos clínicos que evaluaban los efectos, en personas adultas, de usar gafas con filtro de luz azul en comparación a gafas que no contaban con ese filtro.
Se encontraron cinco ensayos clínicos que medían el efecto del filtro de luz azul sobre la fatiga visual.
Tres de ellos mostraban que, a corto plazo, no había diferencias significativas entre las personas que habían usado gafas con filtro y gafas sin filtro.
Las conclusiones que, por el momento, presentan los autores de esta revisión Cochrane es que, a corto plazo, posiblemente las gafas con filtro de luz azul no reduzcan la fatiga visual asociada al uso de pantallas.
Y, probablemente, tampoco mejoren la agudeza visual.
No se sabe si podrían mejorar la calidad del sueño.
Por tanto, a día de hoy, y con los estudios científicos en la mano, no hay nada que avale la eficacia de las gafas con filtro para la luz azul.