No se mueva hasta que vea el plato, los tiradores noveles casi siempre tienen demasiada prisa. Realmente tienen tiempo de realizar un buen disparo pero intentan adelantarse a la salida del plato. Su cerebro no puede identificar claramente el objetivo en los primeros instantes del vuelo del plato.
Nunca dispare a algo que no ve. Así que cuando marque la salida del plato, deje que sea liberado, tómese el tiempo que necesite para evaluar su camino y velocidad.
No desperdicie sus disparos, los buenos tiradores son precisos y se toman su tiempo para analizar la trayectoria antes de disparar. Aunque lo crea imposible, en el momento de “llamar al plato”, estar relajado le hará romper más. Un buen tiro es fluido, tranquilo y confiado.
La tensión previa al disparo no favorece la fluidez, le invitará a hacer gestos explosivos que le dificultarán la estabilización del arma.
El 99.9% de los platos perdidos se deben a un error técnico, por falta de concentración o habilidades del tirador.
En disciplinas como el Foso Universal, lo difícil no es disparar al plato, el verdadero reto es saber desde donde será lanzado.