La elección de la mochila es muy importante. Lo ideal es que se adapte lo máximo posible a las particularidades físicas del niño y, al mismo tiempo, sea cómoda y estable. La distribución adecuada del peso en la mochila es fundamental. Lo ideal es colocar los objetos más pesados, como los libros, cerca de la espalda. Luego, debemos acomodar los objetos más ligeros, como por ejemplo las libretas, el estuche y la merienda. La mochila no debe ocupar más del ancho de los hombros ni de la espalda. Siempre se debe llevar en los dos hombros. Al llevarla, debe mantener la columna recta y no curvada. Para repartir el peso, hay que situarla en la zona dorsal y no en la lumbar. La mochila debe permanecer pegada al cuerpo, sin que quede separada de la zona lumbar. Además, debemos prestar especial atención a que el peso total de la mochila nunca supere el 10% del peso del niño que la usa.