Etimológicamente “transferencia” proviene del latín transferens, -entis, part. act. de transferre, transferir, y se define como la “acción y efecto de transferir, que es acto de pasar o llevar algo desde un lugar a otro”. La transferencia se producirá cuando se estimulan uno o varios factores del rendimiento en la actividad receptora de la transferencia. Por tanto no parece tener mucho sentido el hecho de pensar en una supuesta o hipotética fase de “transferencia” en un ciclo de entrenamiento, ya que dicho efecto se pretende en cada una de las unidades o sesiones de entrenamiento y no a partir de “una” sesión o día determinado. De igual manera tampoco podríamos hablar de un “ejercicio de transferencia”, ya que lo que dicho ejercicio pueda “transferir” lo habrá hecho durante el mismo. La transferencia se producirá cuando se estimulan uno o varios factores del rendimiento en la actividad receptora de la transferencia, como los ángulos en que se aplica la fuerza, tipo/s activación muscular, fase del movimiento y velocidad, y lo hará durante el propio ejercicio sin otros requerimientos.