Sin duda una de las claves para maximizar nuestro porcentaje de aciertos, es saber colocar el disparo en los órganos vitales.
Sin duda, en disparos "estáticos", por ejemplo recechos o caza de ejemplares selectivos, es donde podemos colocar mejor el proyectil.
Sin duda los disparos en el cuello son los que resultan mas letales, produciendo un desenlace inmediato.
Lo cierto, es que estos disparos, son también los mas complejos ya que resulta un objetivo de dimensiones bastante reducidas.
Normalmente en el argot cazador, nos referimos al "codillo" para señalar la zona que se sitúa justo tras la pezuña delantera y que indica más o menos donde se encuentra el corazón del animal.
Una tendencia natural es a situar este "codillo" ligeramente superior a donde está ubicado el corazón del animal, concretamente ya en la zona pulmonar.
Aun siendo una zona de "impacto de muerte", un disparo ligeramente más bajo, tendrá un resultado inmediato.
El inconveniente en disparos en movimiento es que si nos quedamos traseros, impactaremos al animal en el vientre y eso resultara en un "impacto sucio", produciendo que el animal escape y sin duda tenga un desenlace lento, lejos de lo que un cazador debe siempre buscar.
En el caso del corzo, de no poder ubicar el disparo en el cuello, la zona del corazón se sitúa justo detrás del hombro de la pezuña delantera.
En el caso de jabalí, vemos que la zona óptima se sitúa justo en la articulación de la pezuña delantera.