La directriz ampliamente aceptada es de 64 onzas u ocho vasos de agua al día.
Pero la actividad física aumenta esa cantidad.
Según el American Council on Exercise, una persona debe beber: 17 a 20 onzas de agua 2 a 3 horas antes del ejercicio; 8 onzas de agua 20 a 30 minutos antes del ejercicio o durante el calentamiento; 7-10 onzas de agua cada 10 a 20 minutos durante el ejercicio, Y 8 onzas de agua en los 30 minutos después de finalizar la actividad.
Para la mayoría de las personas, el agua es el mejor líquido para beber antes, durante y después del ejercicio, según los doctores Swartzon y Yurubi.
Sin embargo, si usted piensa hacer ejercicio durante más de una hora, debería complementarla con una bebida deportiva.
Las bebidas deportivas contienen carbohidratos y electrolitos que evitan la bajada de azúcar y las pérdidas de electrolitos, como el sodio y el cloro, que deben reponerse después de sudar.
Algunos alimentos también pueden ser una buena fuente de hidratación además del agua.
Las frutas como la toronja, la sandía, las fresas y el melón cantalupo son excelentes opciones para las meriendas antes de la competencia o cuando se añaden durante una actividad para mantener el balance de líquidos.
Usted también puede medir la cantidad de líquido que pierde durante el ejercicio midiendo su peso antes y después de hacer ejercicio (16-24 onzas de agua por cada libra de pérdida de peso corporal).