¿Cuál es una buena práctica para establecer metas realistas?

Una meta realista es aquella que se puede lograr dentro del tiempo, los recursos y las circunstancias disponibles. Son sencillas, controlables, manejables y acordes con las capacidades y los valores de una persona. El uso del marco SMART es una buena estrategia para establecer objetivos realistas. Los objetivos SMART son: Específico: define claramente lo que quieres lograr. Medible: Establezca criterios para hacer un seguimiento del progreso. Alcanzable: Asegúrate de que el objetivo sea alcanzable. Relevante: Alinea la meta con tus objetivos a largo plazo. Limitación de tiempo: Establece una fecha límite realista. Dividir tus objetivos también es una técnica útil para lograrlos sin estrés adicional. Considera dividirlos en tareas más pequeñas y manejables. La flexibilidad también es clave para lograr objetivos sin estrés. Prepárate para ajustar tus objetivos a medida que las circunstancias cambien y reconoce que los contratiempos son parte del proceso.

Las metas que nos proponemos deben ser específicas. Defina sus metas de forma clara y precisa. No basta con decir "quiero estar en forma", es mejor decir "quiero correr 5 kilómetros tres veces por semana". Para que sea un poco más sencillo aplicar estos dos últimos consejos, nuestros psicólogos en Ourense recomiendan que todas las metras y propuestas que nos hagamos sean SMART: Specific (específicas) Measurable (medibles) Attainable (alcanzables) Relevant (relevantes) Time-bound (con límite de tiempo). Una meta grande puede parecer abrumadora. Dividirla en objetivos más pequeños y manejables es lo que realmente le ayudará a mantenerse motivado y a seguir adelante. Defina los pasos que debe seguir para alcanzar cada objetivo. Esto le ayudará a mantenerse en el camino y a superar los obstáculos. No se desanime si las cosas no van en algún momento justo como se había planteado.

Una vez más, nos encontramos frente a un nuevo año con objetivos del anterior aún sin alcanzar. Establecer metas realistas es una parte esencial de este proceso, pero ¿cómo asegurarte de que sean efectivas? Tus objetivos deben ser específicos Evita caer en el común error de establecer metas genéricas como 'leer más' o 'dormir más temprano'. Un enfoque más efectivo sería el de establecer metas concretas, por ejemplo, proponerte leer 5 libros al mes o acostarte antes de las 23:30. No te sobrecargues Los cambios de hábitos son muy difíciles de asumir generalmente. Por ello es crucial no establecer demasiadas metas o, al menos, incorporarlas gradualmente para evitar el estrés. Aprende de errores pasados Establecer plazos realistas basándote en experiencias pasadas. Si el año anterior planeaste ir al gimnasio seis veces a la semana y solo lo lograste en pocas ocasiones, reflexiona sobre cómo puedes ajustar tus metas de manera más alcanzable. Analiza tu situación Los propósitos deben ser manejables. Esto quiere decir que si actualmente eres una persona que lleva un estilo de vida sedentario y apenas se mueve, realizar cambios físicos drásticos puede no ser sensato. En lugar de eso, divide tus objetivos en tareas más pequeñas y alcanzables para progresar gradualmente hacia tus metas. Revisión mensual de tu planificación Para mantener un enfoque realista en tu planificación puedes revisar cómo lo estás haciendo de una manera periódica. Lo más común es que la revisión se haga mensual aunque puedes escoger la duración que desees. Es normal que haya altibajos porque siempre pueden salir complicaciones con las que no se pueden contar, por eso es mejor que no sea demasiado corto para evaluar tu progreso de forma efectiva. Estos 5 consejos pueden contribuir a que alcances finalmente ese anhelado éxito personal. Establecer metas realistas facilitará la adopción de acciones eficaces, permitiéndote mejorar tus hábitos de manera efectiva. Sigue tu planificación con determinación, manteniendo la flexibilidad necesaria, y verás cómo, paso a paso, lograrás tus objetivos propuestas.