El uso de material de liberación permite una mejora en el riego sanguíneo, nocicepción, movilidad y rango de movimiento.
Se han conseguido efectos tan positivos como un aumento notable en la dorsiflexión de tobillo, de la cadera.
Aunque debemos recalcar, que los protocolos óptimos deben encontrarse en torno a 2-4 series de 10 a 20 segundos para obtener beneficio.
La recomendación general es realizar trabajo de movilidad general y podemos centrarnos ligeramente más en los segmentos concretos a trabajar.
Un calentamiento a nivel general, que puede/debe ser incluido al inicio de la sesión, solo buscamos aumentar la temperatura corporal y disminuir la rigidez del cuerpo, por ello con 5/7 minutos debe ser suficiente.
Una vez que hemos realizado todo lo anterior y después de conseguir una movilidad óptima, podemos añadir algún ejercicio correctivo extra, que tenga transferencia directa hacia nuestro trabajo.
El trabajo puramente específico contará con varias series de aproximación, y finalmente una serie PAP, que será la manera óptima de aumentar el rendimiento sin inducir fatiga metabólica.
Combinar rangos de repeticiones es lo más eficiente de cara a mejorar en hipertrofia, aunque si tenemos que elegir uno, el rango entre 8 y 12 es el más favorable.
El volumen total es la clave y los esfuerzos por encima del 85% del RM los movería entre un 10 y un 40% del volumen total según la etapa del macrociclo.
Si nosotros elevamos la frecuencia dividiendo este volumen total, los picos de MPS serán mayores a lo largo de la semana.
Usaremos el fallo como una estrategia puntual, y en periodos concretos de nuestra planificación anual, puede ser interesante un periodo enfocado a la fuerza de cara a adaptaciones posteriores.
Será muy interesante a nivel de eficiencia corporal intercalar pequeños procesos de reducción de fatiga o de minicut.