Para definir una ruta que te lleve a transitar el éxito, lo ideal es comenzar haciéndote preguntas:
1. ¿Dónde estás ahora y dónde quieres estar en 10 años?
Para responderla de forma acertada, es necesario fijarse en un punto importante: no cometas el error de concentrar todas tus energías pensando en el resultado, visualizando cómo estarás y todo lo que tendrás luego de haber alcanzado tu meta, mejor opta por concentrarte en el proceso, y divide tu objetivo en pequeños pasos para que cada acción sea posible y real para ti.
2. ¿Puedes armar una lista con tus 5 cualidades más destacadas y sentirte satisfecho por cada una de ellas?
En ocasiones, el mejor proceso de crecimiento personal que podemos desarrollar es aquel que comienza por reconocer las habilidades que hay en cada uno de nosotros.
3. ¿Estás seguro de que eso que haces es lo que te conecta?
En otras palabras: lo que estás haciendo hoy, ese trabajo al que vas de lunes a viernes, ese proyecto que asumes con dedicación, ese viaje de negocios que has programado, ¿es lo que realmente te mantienen conectado con tu propósito, con lo que eres?
Todo buen líder sabe a dónde quiere llegar.