En la práctica, muchas empresas buscan lo que llaman "senior", pero lo que realmente desean es alguien de entre 30 y 45 años, con la energía de un recién graduado, pero con las décadas de experiencia de un veterano. La realidad que he visto, después de tantos años en procesos de reclutamiento, es que un profesional de más de 50 años ha desarrollado un montón de competencias, se ha enfrentado a muchas crisis, ha resuelto retos complejos y ha gestionado equipos y situaciones con mayor efectividad. La madurez laboral no es un defecto, es una virtud que las empresas están desechando sin razón lógica.
La idea de que una persona más experimentada cuesta más a la empresa es un mito absurdo. La idea de que las personas de más de 50 son "menos innovadoras", o "menos ágiles", es un simple estereotipo, que además de falso, también es un reflejo de la miopía empresarial que confunde innovación con juventud.
Por poner un ejemplo, ahora mismo, veo que quienes mejor manejan la IA en las empresas son precisamente las personas más mayores 40 a +50, porque no se trata de saber de tecnología, sino de comunicación, redacción, vocabulario, sintaxis y reglas de ortografía. Hasta que esta incoherencia e ignorancia no cambie, muchos reclutadores seguirán buscando su "unicornio senior joven" sin darse cuenta de que ya lo tienen frente a ellos, pero lo están rechazando simplemente por su edad.