La clave es, hacer lo mismo que cuando buscas pareja o eres nuevo en una ciudad: salir a la calle, realizar actividades, participar en eventos o convenciones… En definitiva, conocer a gente e interactuar, iniciando así tu red de contactos.
Acudir a asociaciones, viveros empresariales, coworking o plataformas como Meetup, te ayudará a encontrar personas en sintonía con tu manera de ver la vida y por ende, también posibles socios.
Sé cauteloso, elige a tu socio con mucho cuidado, pues una elección equivocada puede generar conflictos e inestabilidad.
Mantén una larga charla con tu socio potencial, conoce cuáles son sus intereses, su visión y trata de ver si estos aspectos coinciden con tu modelo de negocio.
Piénsatelo bien si mezclas lo profesional con lo laboral, las amistades pueden ser buenos inversores pero, antes de incluirlas en tu proyecto empresarial, deberías sopesar si merece la pena o no hacerlo.
Explora los diferentes tipos de socios existentes, cada empresario tiene un prototipo diferente de socio.
Deja constancia legal: firma un acuerdo, no solo basta con un apretón de manos; debes hacerlo oficial mediante un documento por escrito.
Revisa tu contrato de vez en cuando, los negocios van evolucionando y cambiando con el tiempo.
Asegúrate siempre que todo esté en orden; revisa cada acuerdo y realiza nuevas propuestas de modificación en caso de ser necesarias.
Si todo lo que te hemos contado te ha parecido interesante, amplía información revisando estas 8 maneras de encontrar inversores para tu proyecto.
Gestiona tu dinero y el de tus socios de forma eficiente, pero sobretodo, establece relaciones fuertes y sanas con estos.
Y recuerda, ya inviertas solo o en compañía, ¡hazlo con la cabeza fría!