El aire comprimido es una corriente de aire concentrada con presión y velocidad alta que puede causar lesiones graves al operador y a las personas que están cerca.
El uso inadecuado de las mangueras de aire comprimido ocasionan graves daños físicos en las personas.
Una presión de 5 kg es suficiente para sacar un ojo de su cara.
Con esa misma presión, cualquier pequeño objeto que se encuentre dentro de la manguera puede salir de ella como un proyectil que nos podría ocasionar una cortadura seria.
Esa misma presión podría disparar un objeto pequeño como una tuerca y golpear a alguien.
El daño no solo aplica a la persona que manipula las mangueras o equipos de aire comprimido, sino que también causamos problemas a aquellos que comparten el espacio.
Para prevenir accidentes es mejor asegurarse de usar la manguera correcta.
Es importante inspeccionar la manguera antes de iniciar su trabajo con ella y verificar que se encuentra en buenas condiciones.
Nunca apuntar la manguera hacia la cara, especialmente si se ha interrumpido el flujo de aire.
Es importante evitar que la manguera permanezca en el piso.
Si es posible controlar la presión del aire, para trabajar con la menor presión requerida para el trabajo que se va a desarrollar.