Además de la misión esencial en la entrada de oxígeno al organismo y la expulsión de dióxido de carbono, la respiración también permite tener más energía. La respiración 3-6-9 se denomina así por los segundos en los que ingresa y se expulsa el aire. Para llevarlo a cabo, se recomienda estar sentado y con los ojos cerrados, con una mano sobre el vientre para asegurarse de que la entrada del aire se está agrupando en esa zona del cuerpo. Luego, hay que inhalar por la nariz durante 3 segundos, retener el aire durante 6 segundos y expulsarlo durante 9 segundos. Posteriormente, hay que dejar pasar 3 segundos y volver a repetir el ejercicio. No existe un tiempo determinado para realizar el ejercicio, pero los especialistas aconsejan hacerlo entre cinco y diez minutos de forma continua para aumentar sus beneficios. Este tipo de trabajos de respiración, como también la respiración abdominal o diafragmática, son ideales para cuando las personas sientan que la cantidad de oxígeno que está ingresando a los pulmones es insuficiente. Es muy importante tener en cuenta estos aspectos y prestarle atención a la capacidad pulmonar de cada uno, ya que sino los órganos no obtienen la energía necesaria para funcionar correctamente, además de potenciar la ansiedad, el estrés y la fatiga.