El otro día presencié una situación que muchos llamarían graciosa.
Estaba un hombre rompiéndose la cabeza con un revólver que acababa de comprar.
Se acababa de sacar la licencia de tiro olímpico y no encontraba la manera de meter las balas en el negro.
Aunque por ser de Tercera y tratarse de su primera arma corta lo lógico habría sido que se hubiera comprado una pistola, o incluso revólver, del .22 lr para empezar a pegar todos los tiros del mundo e ir aprendiendo, el hombre salió de la armería con un .38 Special.
Nada que objetar, salvo que yo siempre digo que para llegar a Fórmula I hay que empezar por los Karts.
Está claro que por muy bueno que sea un tirador no puede tirar bien si el arma no está puesta en tiro.
Una cachas con pasta aquí o allá, o con un lijado allá o aquí van a hacer que el tiro vaya un poco más centrado.
Una carga medio grain más o menos puede hacer que la bala vaya un poco alta/baja y a a la derecha/izquierda, y un crimpado hará que el tiro pique en el 9 alto en vez de punto en once, y así sucesivamente.
Los tiradores nuevos o los que empiezan con un tipo de arma concreta nos preguntan a veces qué hacer para variar el alza y la deriva del tiro.
La mayoría de las armas cortas tienen un sistema parecido, basado en clicks de alza y deriva, que es el que aprende rápido un tirador que empieza.
Un click se lleva el tiro un centímetro o uno y medio, por ejemplo, y con calma y poniendo la cabeza a trabajar consiguen poner el arma en tiro.