En los calibre pequeños, se pierde esta denominación y se adopta la medida directa, expresándola en el sistema métrico decimal.
Por ejemplo 9 mm, 12 mm o en milésimas de pulgada.
Los primeros en aplicar este tipo de nomenclatura fueron los alemanes, que poseían la industria armamentística mas importante de la época.
Consiste en definir el cartucho con dos números separados por un aspa y expresado en milímetros.
El primero indica el calibre de la bala y el segundo la longitud de la vaina.
Por ejemplo el cartucho español 7x57 mm, significa que el cartucho tiene un calibre de 7 milímetros y la vaina mide 57 milímetros de longitud.
Una pulgada la dividen en décimas o centésimas para medir un calibre.
A diferencia del sistema métrico decimal, en donde las fracciones de unidad se escriben con un cero seguido de una coma o punto y la cantidad significativa.
Los británicos expresan sus cartuchos por su calibre, real o nominal, en milímetros de pulgada, seguido del nombre del inventor o fabricante, que bajo patente era su propietario.
Los Europeos y japoneses, el calibre expresado en milímetros, seguido del nombre del fabricante, arma que lo disparaba o introductor.