La carga rápida es una tecnología que permite aumentar la velocidad de carga de una batería mediante un mayor suministro de energía, controlado y regulado, a través del cargador y el dispositivo.
A diferencia de los cargadores estándar, los cargadores rápidos pueden entregar hasta 120W o más en algunos modelos actuales.
La mayoría de marcas utilizan protocolos propios o estándares como: Qualcomm Quick Charge, USB Power Delivery, VOOC / SuperVOOC, SuperCharge, TurboPower.
Gracias a estas tecnologías, cargar el móvil ya no implica tenerlo enchufado durante horas.
La carga rápida de teléfonos móviles ha transformado por completo nuestros hábitos digitales.
Ahorro de tiempo, más flexibilidad, perfecto para entornos profesionales, y compatibilidad creciente son algunas de sus principales ventajas.
Las baterías están diseñadas para tolerar la carga rápida, pero el calor generado puede afectar a largo plazo si no se controla bien.
Usar cargadores certificados y evitar la sobrecarga son claves para mantener la salud de la batería.
La carga rápida genera más calor, especialmente en las primeras fases.
Los sistemas de carga rápida incluyen protección térmica, y es recomendable no usar el móvil mientras carga.
Puede dañar la batería, reducir la velocidad de carga o incluso causar sobrecalentamientos.
Siempre utiliza cargadores originales o certificados por el fabricante.