¿Cómo es posible que disfrutes tanto el camino escolar?
La escuela ha sido y sigue siendo para mí un espacio increíblemente interesante y vasto, lleno de oportunidades, de sueños, de experiencias de vida enriquecedoras e irrepetibles.
Siempre me ofrece algo nuevo que vivir, siempre me permite alcanzar grandes alegrías y encontrar refugio en mis penas y tristezas, dentro y fuera de las aulas de clase.
—¿Y no te has cansado después de tantos años en la escuela?
—No, para nada me he cansado.
Al contrario, cada día, cada semana, cada semestre, cada año obtengo nuevas motivaciones, bocanadas de aire fresco.
Tal vez mi vida siempre ha estado demasiado ligada a la escuela, aún en los temas personales; es todo un estilo de vida.
Sin embargo, no me siento incómodo ni insatisfecho con ello, sino que me siento a gusto y feliz porque me ha dado una perspectiva muy especial sobre muchas cosas, algunas aparentemente muy sencillas e insignificantes y otras tantas mucho más grandes y complejas.
—¿Podrías darnos algún consejo para encontrar un poco más de interés en la vida escolar?
—No creo tener una receta secreta —respondo—.
Sin embargo, pienso que hay dos pilares fundamentales que, si se alcanzan, le dan razón de ser muy fuerte a tu experiencia escolar.
—¿Cuáles son?
—Uno es encontrar algún detalle, por mínimo que parezca, que te haga disfrutar el día a día común en la escuela.
El otro consiste en buscar actividades relacionadas con lo que te gusta e interesa, que cuando ocurran te permitan vivir días muy especiales, llenos de aprendizaje, inolvidables e irrepetibles.
Así es como disfruto la escuela: encontrando alguna magia en lo rutinario y prestando atención a las oportunidades para lo extraordinario.